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Primer RIS: Redradix Innovation Space

Un lugar -la oficina-, un momento -tres días de junio-, la capacidad de explorar y aprender -tecnologías, procesos, herramientas- y equivocarnos -porque sí, así también se aprende-, de reinventarnos y pensar juntos. Todo eso fue el RIS, pero sobre todo la posibilidad de compartir todo lo anterior (y mucho más) y divertirnos con compañeros a los que incluso no conocíamos en persona.

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Fecha de publicación

1/7/2022

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A mediados de junio tuvimos la ocasión de hacer un paréntesis de nuestra actividad habitual. Durante tres días pudimos dedicarnos a trabajar en proyectos propios, propuestos por el equipo, con los que probar cosas nuevas, innovar y disfrutar haciendo lo que mejor sabemos hacer: producto digital en cualquiera de sus distintas vertientes.

Hace dos años, en plena pandemia, esto hubiera sido impensable. Tampoco lo hubiéramos imaginado hace un lustro, cuando el equipo de Redradix lo formaba tan solo una decena de personas. El caso es que hace unas semanas nos reunimos en la oficina más de 40 compañeros y compañeras para trabajar juntos en ocho proyectos distintos, aportando cada uno su mejor saber hacer. Y no solo trabajando, sino aprendiendo y compartiendo tanto conocimiento como experiencias y anécdotas, porque mejorar también va de eso.

Ahora que ha terminado, podemos decir que nuestras primeras jornadas dedicadas a la innovación Redradix Innovation Space han sido un éxito. Porque, aunque no sabemos cómo evolucionarán las propuestas presentadas (para algunas ya tenemos buenos pronósticos), se han cumplido los objetivos del mismo: servir de punto de encuentro para propiciar la innovación, aprendizaje y desarrollo de producto propio por parte del equipo, además de permitir trabajar conjuntamente fuera de los grupos de proyecto y disciplinas. La parte de socializar y desvirtualizarnos estaba implícita (aun cuando el evento permitía la participación en remoto).

Se propusieron más de una docena de ideas de las que finalmente ocho salieron adelante. El único requisito de partida era que generasen un prototipo final, sin importar que pudiera convertirse a posteriori en un producto real o que el resultado fuera un esquema de trabajo para mejorar en algún área. No queríamos hacer un hackaton. Lo único importante era ponernos a prueba. Todos. Saber hasta dónde podemos llegar cuando nosotros somos nuestros propios Product Owners.

Y la verdad es que hemos comprobado que podemos llegar muy lejos, tanto que algunos de los trabajos que se presentaron tendrán continuidad en el tiempo.

Imagen general del equipo durante las presentaciones del Redradix Innovation Space

Los proyectos

Aunque todos tenían un enfoque y un objetivo diferente, y aunque no era lo que se pretendía, en todos ellos había un elemento común: mejorar de alguna manera el core de Redradix y de las personas que hacen que sea posible.

Desde un ejercicio de Restyling de la propia marca a la mejora de una herramienta tan importante para nosotros como es la calculadora de presupuestos, pasando por un reloj pomodoro adaptado a nuestras necesidades o una aplicación con la que zanjar los debates de los viernes a la hora de decidir dónde comer cerca de la oficina. Aquí os contamos un poco más sobre todos ellos.

  • Restyling Redradix. Un proyecto que no buscaba desarrollar un producto per se, sino replantear nuestra imagen visual y propuesta de valor, en línea con el proceso de crecimiento que estamos viviendo internamente desde hace unos meses. Para ello, un grupo formado por personas de prácticamente todas las disciplinas intentaron descubrir en un exhaustivo taller desde cómo nos vemos hasta cuál es la música a la que suena Redradix. Un trabajo necesario, cuya continuidad se irá viendo en muchos frentes a partir de ahora.
  • Developer analytics. En este caso, un grupo también multidisciplinar trabajó en el desarrollo de una herramienta que permita obtener información de forma anónima de las interacciones con Git. El objetivo final es mejorar, a través de los datos, las buenas prácticas del equipo y sacar el máximo partido de todos sus miembros.
  • Pomodoro Jam, una app web que añade integraciones y valores a un pomodoro timer convencional. El objetivo de este proyecto era mejorar una herramienta que usa habitualmente gran parte de nuestro equipo incorporando distintas funcionalidades que permitan sacarle el máximo partido en el día a día, como compartir el temporizador y ver las alarmas dentro de un grupo de trabajo. La intención también es integrarlo con los programas de comunicación y gestión de tareas habituales para así mejorar la comunicación y procesos internos. Una herramienta que tiene mucho recorrido por delante.
  • Comida. Este es uno de los proyectos que surge por una necesidad interna: recomendarnos sitios para comer en los días que acudimos a la oficina y ponernos de acuerdo para escoger restaurante. Este es el origen para plantear una herramienta de uso general, basada en Google Maps, que permita tener centralizadas listas de sitios para comer así como la inclusión de filtros y distintas acciones pensadas para todo tipo de grupos, además de generar encuestas para escoger a dónde ir en un día determinado.
  • Aunque, al menos en esta primera edición, nos centramos en unas jornadas para la gente de Redradix, contamos también con la participación de una colaboradora habitual nuestra, Laura Bonmatí. Con ella, uno de los equipos estuvo realizando una primera aproximación al desarrollo de Themes para Shopify. El objetivo aquí era, a partir de la experiencia adquirida hasta ahora, sentar las bases para la futura creación de un tema propio que pueda ser publicado en la tienda de Shopify.
  • Calculadora de presupuestos, una herramienta pensada por y para nosotros con la que poder mejorar el proceso y el resultado de las estimaciones que se realizan de los nuevos proyectos. El objetivo era claro: Sustituir el Excel actual con una nueva calculadora con una interfaz amigable que incluso apetezca usarla. Para ello, este grupo probó distintas alternativas y creó un prototipo interactivo para calcular los costes asociados a nuestro trabajo a través de una serie de preguntas sencillas.
  • Por último, la pantalla interactiva Fermín, un entorno de aplicaciones interactivas personalizables, diseñadas para ser mostradas en una pantalla remota pequeña, que puede estar conectada a un ordenador o ser independiente. El objetivo es que los usuarios pueden desarrollar sus propias aplicaciones para ser compartidas en la pantalla. El equipo seguirá trabajando en este producto para el que se baraja la posibilidad de usar postmarketOS para reutilizar basura electrónica o no generar más (y de paso aprender mucho sobre el funcionamiento de Linux).

¿Y ahora qué?

Como decíamos, muchos de los equipos van a seguir trabajando en sus proyectos para terminar de ponerlos en marcha o directamente para integrarlos dentro de nuestro día a día. Esperamos tener ocasión de publicar una entrada en este mismo blog explicando todos los procesos una vez estén concluidos.

Además, esta ha sido la primera edición de unas jornadas que esperamos poder repetir cada año, ya que nos han demostrado ser una herramienta perfecta en muchos sentidos, igual que lo fue el ROS, que nos permitió convivir durante un par de días y aprender los unos de los otros con distintas charlas y talleres. Al final, con todos estos eventos conseguimos seguir apostando por uno de nuestros pilares: la cultura corporativa de Redradix, adaptándola a nuevos escenarios con más gente en la plantilla, la incorporación de disciplinas y todo tipo de retos que se nos puedan presentar en el horizonte.

Así que seguiremos celebrando y buscando excusas para continuar creciendo y aprendiendo, tanto de forma individual como en equipo, pero también para coincidir y compartir. Porque sí, nos encanta tener la posibilidad de remotear y contar con flexibilidad en el día a día, pero qué bien sienta poder vernos y reírnos juntos todos, ya sea por una idea feliz trabajando en un proyecto como por una reñida partida de Ping Pong.

El equipo de Redradix en el RIS

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